1-En las grandes ciudades, los horarios de buses y trenes son más frecuentes, algunos salen incluso cada diez minutos o una vez por hora. En resumen: esto no es Mallorca.
2-La gente se interesa más por ti y te cuenta más cositas de su tierra o su ciudad cuando te ven con una mega mochila y pintas de explorador. Diréis que es una casualidad o un estereotipo, pero esto no me pasa tanto cuando voy más "arregladita" o voy con mi familia de viaje.
3-El tren y el bus son unos aliados magníficos: qué coche ni qué coche, es cierto que es necesario para ir a según que lugares, pero para ir entre ciudades (o dentro de la misma ciudad) es mejor el transporte público: más económico, no pierdes el tiempo buscando parking y te puedes relajar... Otra cosa ya es querer ir a según qué pueblitos donde ya no hay transporte público o éste es escaso, en este caso, recomiendo alquilar coche para días contados, no para toda la estancia.
4-Por las buenas o las malas, aprendes a no estresarte.
5-En tu primera vez descubres tus propios límites y capacidades... Cuando ya llevas unos cuantos viajes vas más relajado porque te conoces un poco mejor y sabes salir de ciertas situaciones ;)
6-Si viajas en solitario, estás más atento a los estímulos, mientras que si viajas con familia o amigos, te distraes con ellos y prestas menos atención a tu entorno.
7-Te desapegas de lo material. ¡Vas con una mochila! ¡Cuánto menos peso, mejor!
8-Al interactuar con un nuevo entorno y al estar combinado con una nueva gran interacción, puedes descubrir nuevas facetas de ti mismo.
9-Aprendes a adaptarte a todo... ¿Hay que levantarse a las 6:00 para ir de excursión pese a que esto suponga perderse el bufet libre del hotel? ¡Que así sea!
10-Si como a mi te toca usar divisa extranjera por primera vez, refuerzas tu mente con cálculos mentales.
11-Los viajes "lineales" están bien, pero si no hay mucha distancia entre ciudades y éstas son pequeñitas, igual sale más económico (y es más cómodo) elegir una ciudad como "campamento base" y establecer una ruta radial.
12-La tradición oral no tiene precio, es tan valiosa como cambiante. Escucha con atención.
13-Lleva siempre cuaderno y boli. No lo aprendí por las malas pero quedó reafirmado durante el viaje.
14- Si estás fuera más de una semana, no lleves ropa para tantos días, lleva lo necesario para el equivalente a 7 días. Usa las lavadoras o servicio de limpieza del establecimiento. Y si te olvidas de poner algo fácilmente sustituible, no te agobies, por Dios, HAY TIENDAS xD
15-Miras la historia a la cara (ok, también puedes mirarla en tu ciudad, pero cuando está vinculado a un hecho que ha afectado a todo el mundo, personalmente me resulta más impactante).
16-Descubres que la gente no es tan mala como los negativistas a los que les has contado tu viaje te cuentan. Recuerdo que cuando este viaje empezó a tomar forma entre mis planes, había gente de mi entorno que empezó a mandarme noticias de crímenes comunes que se cometían en Polonia, y cuando hacían esto, yo les mandaba una noticia similar de nuestra ciudad... al parecer pillaron rápido el mensaje. Hay gente mala en el mundo, pero todo (o casi todo) es tener sentido común, y en Polonia me encontré con un montón de habitantes cálidos y abiertos.
17-Aprendes a disfrutar del no hacer nada cuando realizas un trayecto largo en X transporte.
18-Es una forma de descubrir nuevos intereses y nuevas pasiones.
19-Gestionas mejor tus gastos del día (al menos a mi me pasa más así que con un viaje más corriente).
20- Los albergues son lo mejor: económicos, es fácil conocer a gente molona en ellos, y para colmo tienen rincones tan bohemios/hippies como este (el primer hostel en el que estuve en mi Interrail a Polonia)
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